El turquesa nos anima y despierta recuerdos agradables
El color turquesa es una mezcla de los colores verde y azul. Suele relacionarse con el color del alma humana y representa la amistad y franqueza. El turquesa es conocido por contagiar el buen humor y despertar recuerdos agradables. Otros sinónimos utilizados para este color son aguamarina, azul verdoso o cian. El nombre deriva del mineral del mismo nombre. Los antiguos egipcios descubrieron esta piedra preciosa hace más de 7500 años y comenzaron su explotación a gran escala. Por ello, la turquesa es una de las piedras preciosas más antiguas de la historia de la humanidad. Hasta el presente, se fabrican con ella collares, anillos y pulseras de gran valor. Como la aleación de fosfato es relativamente atípica en la naturaleza, se considera una rareza y es muy codiciada por los coleccionistas. Además, el turquesa es el color del agua. Ella se relaciona con el verano, el sol y el mar y tiñe de un tono espectacular las lagunas tropicales.
Alfombras turquesas para el salón y el comedor
El turquesa nos recuerda al cielo azul radiante y al hielo de los glaciares. Por esta razón, muchas personas perciben el turquesa como un tono frío. En salones y comedores, una alfombra turquesa conjunta bien con otros colores fríos, como el lila, el gris o el azul. En combinación con accesorios plateados, una alfombra turquesa adopta un carácter noble y transforma la estética de cualquier estancia. Como el color se suele asociar con calas exóticas, una alfombra turquesa transmite un aire marítimo. Combinados con el color turquesa, los elementos ornamentales y de decoración, como conchas, guijarros o peces, nos transportan a las vacaciones y quedan particularmente bien en estancias luminosas y diáfanas. Como el turquesa tiene un efecto estimulante y vivificante, una alfombra turquesa en el salón crea un ambiente distendido. Las visitas se sienten bien al instante y disfrutan de un ambiente acogedor.
Alfombras turquesas para la cocina y el hall
Las connotaciones del color turquesa son casi todas positivas. Por ello, una alfombra turquesa en el hall tiene un efecto acogedor y todos sus huéspedes se sentirán bienvenidos. El turquesa es sinónimo de sociabilidad, franqueza y buen humor, por lo que una alfombra turquesa fomenta la cordialidad. Ello puede utilizarse para amenizar el ambiente en la cocina durante las comidas. Debido a su tonalidad, el turquesa nos hace disfrutar más de la comida y redescubrir sus sabores. En la cromoterapia, el turquesa se utiliza también para estimular el metabolismo y fortalecer el sistema inmunitario. Según esta disciplina, una alfombra turquesa en la cocina puede contribuir a facilitar la absorción de los alimentos y a favorecer su efecto en el organismo. Además, el turquesa también es el símbolo de la extravagancia. Una alfombra turquesa transforma su cocina en un espacio con un look único e inconfundible y crea un ambiente elegante.
Alfombras turquesas con diferentes colores, estilos y motivos
Las alfombras turquesas se presentan en múltiples formatos. Una alfombra de estilo vintage combina bien con un estilo de decoración clásico con mucha madera y formas tradicionales. Si, por el contrario, su hogar tiene un estilo moderno, una alfombra turquesa queda ideal con un motivo geométrico de grandes dimensiones. Déjese llevar por sus preferencias y opte por una alfombra turquesa de pelo largo o corto. Mientras que la primera variante transmite un aire acogedor, la última es fácil de cuidar y elegante. Una alfombra turquesa con motivo floral, diferentes formas o animales hace las delicias de los niños. Ella aviva su imaginación e invita a jugar y divertirse. Hágase con una alfombra turquesa para transportarse a las vacaciones sin salir de su hogar y crear buen ambiente. Además, una alfombra turquesa ofrece un toque de extravagancia y exclusividad que transformará sus estancias.
